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Foto del escritorGabriel Miyar

Esclavitud Voluntaria

¿Acaso no saben ustedes que cuando se entregan a alguien para obedecerlo, son esclavos de aquel a quien obedecen? Claro que lo son, ya sea del pecado que lleva a la muerte o de la obediencia que lleva a la justicia. Romanos 6:16


Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, santificados y justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios. 12 «Todo me está permitido», pero no todo es para mi bien. «Todo me está permitido», pero no dejaré que nada me domine. 1 Corintios 6:11-12


Encontrar libertad es esencial para que vivamos la vida plena que Dios diseñó para nosotros. Pero,a al mismo tiempo es algo que requiere nuestro esfuerzo, es una de esas áreas en las que podemos experimentar el misterio de colaborar con Dios. Es muy interesante que Jesús pagó el precio de nuestra salvación al morir en la cruz, nos liberó de la sentencia que teníamos y nos dio perdón y vida eterna, pero nos corresponde a nosotros esforzarnos para vivir disfrutando esas bendiciones.


El asunto es que ahora nosotros podemos “esclavizarnos voluntariamente” a otras cosas. Como vemos en estos pasajes, no estamos luchando por nuestra salvación, estamos luchando para mantenernos libres, pues cada que nosotros rendimos nuestra voluntad al pecado o a algún hábito dañino, estamos entregando nuestra libertad.


¿Actualmente hay algo en tu vida que sientas que no puedes dejar, algo que te domina?


No necesariamente tiene que ser algo super escandaloso, por ejemplo, ¿cada que empiezas a ver una serie no puedes parar, aunque te desveles y dejes de hacer cosas importantes? O ¿sientes que de verdad no puedes tener buen humor hasta que tomas café en la mañana? Aún a este tipo de cosas aparentemente sencillas podemos estar cediendo nuestra libertad y es importante darnos cuenta de ello, pues a medida que podemos vencer cosas sencillas podremos vencer cosas con más consecuencias en nuestras vidas.


Como hijos de Dios hemos recibido al Espíritu Santo y en Él podemos encontrar la fuerza necesaria para romper cualquier atadura que nos impida disfrutar de la vida plena que Dios nos dio y que Jesús ganó para nosotros en la cruz. Sólo necesitamos pedirle ayuda, al mismo tiempo que nos disponemos a esforzarnos.


«Señor, ayúdanos para vivir en la libertad que tú ganaste para nosotros, que cada vez podamos identificar mejor las cosas que nos atan y limitan y que podamos dejarlas con la ayuda de tu Espíritu. Amén.»


Danielita Orozco

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