¡No Seré Avergonzado!
- Arturo Miyar
- 14 abr
- 3 Min. de lectura
El Señor y Dios me ha abierto los oídos
y no he sido rebelde
ni me he vuelto atrás.
Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban,
mis mejillas a los que me arrancaban la barba;
ante las burlas y los escupitajos
no escondí mi rostro.
Por cuanto el Señor y Dios me ayuda,
no seré humillado.
Por eso endurecí mi rostro como el pedernal
y sé que no seré avergonzado. Isaías 50:5-7, NVI.
¿Qué había en la mente de Jesús mientras emprendía El Camino hacia la Cruz? Isaías nos lo revela. Pero, dice: “no seré avergonzado” (v.7). Pero, ¿cómo puedes decir esto, Jesús? ¡Escupido, tu barba arrancada a tirones, golpeado, flagelado, desnudo en una cruz! ¿Como puedes decir “No seré avergonzado”?
Jesús escogió ser avergonzado ante la comunidad mundial, pero no avergonzado delante del Padre. Porque Jesús se pudo haber echado para atrás—en Getsemaní contempla la posibilidad, sólo para rechazarla de inmediato: “No se haga mi voluntad, sino la tuya.” ‘Si voy a escoger ser humillado, no será ante mi Padre y Dios —no le fallaré—será ante los hombres.’
Debido al gozo que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que esta representaba. Hebreos 12:2
“¿Por qué no bajas de la cruz y nos muestras que eres Dios, por qué no dejas que veamos que eres Dios?”—le gritaba la multitud.
Tal sufrimiento sobre la cruz necesita una explicación. En Hechos 8 un ángel le dice a Felipe: «Ve al sur por el camino del desierto que va de Jerusalén a Gaza» (v. 26). Felipe se encuentra con un eunuco, funcionario de la reina Candece de Etiopía, que venía leyendo el libro del profeta Isaías. Felipe le pregunta: “—¿Entiendes lo que estás leyendo?” El eunuco le responde: “—¿Y cómo puedo entenderlo, a menos que alguien me explique?” (vv. 30-31).
El eunuco venía leyendo Isaías 53, una detallada descripción profética de la muerte de Jesús en la cruz. Así es, el padecimiento de Jesús en la cruz necesita una explicación. Eso es el evangelio.
De hecho, el sufrimiento en todas sus formas en cada vida, suplica una explicación. No siempre la hay, por cierto. Pero cuando la hay, normalmente toma una de tres formas:
Sufrimiento estilo Jonás. Pregúntate: “¿Estoy sufriendo por una actitud o actividad perversa?” En tal caso, aunque merecido, el sufrimiento no es para condenación es para instrucción. Para corrección. Por lo tanto, abrázalo. No reniegues. Es la bondad y el amor de Dios. Deja ese pecado, dale la espalda.
Sufrimiento estilo José (el Soñador). Es formativo. El sonso de José les platicaba sus sueños a sus hermanos. Se morían de celos. Este es el sufrimiento por el mal de otros. Pero, detrás de eso esta la obra formativa de Dios preparándote para algo grande. Sólo necesitas confiar, si no es por tu pecado es porque Dios te esta llevando de ser un muchacho presumido, o una señora presumida, a ser un gran lider.
Sufrimiento estilo Job. Sufrimiento inexplicable. Misterioso. Y como misterio, por lo mismo suceptible a revelación. Dios queria tener mas cerca a Job y usó a Satanás para acercarlo. Job rompe con la noción de que a los buenos les va bien; y a los malos les va mal. El testimonio de Job: “Antes realmente no conocía a Dios; ahora mis ojos lo ven.”
«Señor, ayúdame a ver el sufrimiento, por lo que es y que realmente de fruto en mi vida para tu gloria, y para mi crecimiento, amén.»
Comments